:)

Esta novela es mía al completo, no hay nada copiado así que espero que nadie la copie. Be original. Hecha para mis lectoras con todo el amor del mundo, porque son las mejores. Gracias por estos increíbles ratos que me hacéis pasar día a día. Nunca cambiéis ninguna de vosotras. Gracias por ser así. Atentamente: @_myswagdream. Elena.

martes, 7 de febrero de 2012

CAPÍTULO 22. ~Vive tus sueños.~

-Sofía. –Dijo ya metido en la cama.
-¿Qué? –Dije.
-Te quiero.
-Y yo a ti. –Dije desde la otra cama.
• Al día siguiente.
Me desperté, ¿Las nueve? Mi madre no me había despertado para ir al colegio. Justin seguía aquí durmiendo y supongo que su mamá y Kenny también. Me quedé un ratito en la cama mirando a Justin y pensar que hoy nos volveríamos a despedir hasta que volviera para el hormiguero como me dijo.
-Cariño. –Dijo abriendo los ojos. Yo sonreí y se acercó a mí.
-¿Nos duchamos? –Preguntó dándome un pequeño abrazo acompañado de un beso en la mejilla. Yo le miré raro.
-¿Nos? –Reí.
-Sí… primero tu… y luego yo. –Dijo mirándome.
Yo sonreí y entré en el baño, sabía perfectamente que no quería que fuese así. Salí envuelta en una toalla.
-Te toca. –Dije. Me miró, se acercó y me besó fuerte.
-¿A qué hora te vas? –Pregunté triste.
-De aquí a dos horas. –Respondió igual.
Se metió a ducharse. Yo me vestí mientras, después bajé abajo. Estaban Pattie, Kenny y mi madre desayunando. Unos minutos después llegó el con el pelo mojado, sacudiéndoselo escaleras abajo.
Yo reí silencioso. Terminamos de desayunar.
-Bueno… ¿Nos vamos? –Preguntó Pattie.
-Sí… sí. –Dijo Justin poniendo carita de bebé y mirándome.
Otra vez despedida no, por favor. Pensaba triste casi con las lágrimas saliendo de mis ojos.
-Mmm… voy arriba que se me ha olvidado coger una cosa. –Dijo Justin.
-Acompáñame. –Dijo mirándome.
Subimos arriba. Cogió de mi mano. Yo le miré sonriendo. Nos abrazamos de nuevo.
-Te voy a echar mucho de menos. –Dijo cogiéndome de la cara.
-Y yo cariño, ya sabes. Tenemos que superar la distancia juntos, y podemos. –Dije.
-Claro que podemos. –Dijo cogiendo de mi espalda.
-Llevas mi collar. –Dije sonriente mirando a su cuello.
-Sí. –Dijo tocándolo. –Me da suerte. Nos volvimos a abrazar y nos besamos un par de veces. Nos quedamos mirándonos.
-Creo que tienes que irte. –Dije poniendo cara triste.
-Sí. Eso parece. –Dijo.
Bajamos abajo, me despedí de Justin, Kenny y su mamá y después, se fueron.
• Cinco meses después.
-Sofía despierta, que llegas tarde al colegio. –Me despertó una voz.
-Hoy es sábado mamá. –Dije revolviéndome en la cama.
-Hija, es viernes. Anda despierta. –Dijo saliendo de mi habitación.
-Es verdad. –Dije con una pequeña mueca de risa.
Nada había cambiado. Ni él. Ni nuestras cartas. Ni mucho menos nuestros sentimientos. Bueno, había cambiado una cosa, una gran cosa. Hace unas semanas habían encontrado algo en mi organismo. Principios de cáncer de estómago. ¿Recordáis cuando le dije a Justin que no quería que nada cambiase si a mí alguna vez me pasaba algo, que no quería que nada frenara su carrera? Fue cuando los médicos me dijeron que no podría seguir haciendo vida normal mucho más tiempo. No he hablado con él, no sé cómo afrontar esto. Es muy complicado, mucho. No quiero empezar con la quimioterapia, quiero seguir teniendo pelo, quiero seguir siendo feliz. No quiero que me pase nada malo, quiero seguir viviendo. No me quiero morir. La vida me ha dado la mejor oportunidad del mundo que es conocer a mi ídolo y mucho mejor, estar con él. Ahora todo me va mal, no sé cómo salir a la calle con fuerzas, no puedo ser la misma de antes, quiero vivir la vida, quiero hacer cosas que hace la gente de 16 años. No me quiero morir, tengo 16 años. Le necesito a él para ser feliz, pero él tiene su vida allá, tiene su familia, tiene su carrera, su música, sus amigos famosos. No quiero que por mí lo deje todo. Deseo poder contárselo, pero no me encuentro capacitada para hacerlo. Esto es muy duro. Quiero seguir pensando en mi futuro sin miedo, quiero hacer más planes con él. Como un día dijimos, quiero tirarme con paracaídas con él, quiero tener una casa grande, cuatro hijos. Quiero vivir, necesito vivir. ¿Por qué a mí? ¿Por qué? Era la persona más feliz del mundo. Ahora me encuentro en un vacío, tengo a mis amigos, pero estoy sola. Me encuentro muy sola si no le tengo a él aquí. Lo necesito aquí. ¿Dónde está ahora cuando nada va bien? Me siento sola. Quiero que vuelva, le quiero aquí, conmigo. Quiero que me muestre el camino. Por una parte sí, pero por otra no. No quiero que por mi culpa se vaya toda su carrera a la mierda, no quiero frenar  su talento. No quiero. Cuando no le conocía, consiguió sacarme de todas las crisis. Puedo salir de esto sin él. Yo no quiero morirme.
Nadie lo sabe. Absolutamente nadie. Llevo días sin ir al instituto. Me encuentro sin fuerzas, sin vida. Mis amigos me preguntan que me pasa, les digo que tengo un constipado ¿Un constipado? Ni yo me lo creo. Le dije anoche a mi madre que mañana quería ir. Así que, voy a ir. Me levanté de la cama secando las lágrimas que habían provocado al pensar todo esto. Fui al armario, me puse un jersey negro de cuello alto y unos pantalones vaqueros. Abajo unas zapatillas normales, negras. Cogí mi mochila y sin apenas fuerzas la colgué de mis hombros.
-Tienes que desayunar Sofía. –Dijo mi mamá desde la cocina. Fui, cogí una magdalena y me bebí rápido un vaso de leche.
-Me voy. –Dije triste, no podía estar feliz. No podía.
-Recuerda, si te encuentras mal, voy y te recojo. –Dijo abrazándome.
-Vale mamá. –Dije secándome las lágrimas. Otra vez.
Llegué al colegio y miré a los lados. No estaban mis amigos por ahí. Mire mi horario, matemáticas. Entré en el aula, era la 32.
Me senté en mi sitio de siempre sin saludar a nadie. Me miraban como raro. Miré a los lados. Llegaron mis amigos. Me preguntaron que qué me pasaba, no dije nada. Estaba constipada. Empezó la clase y terminó enseguida, estaba en mi mundo. Lo mismo pasó con Historia, Biología, Plástica, Religión y Lengua.   
Salí de lengua y me dirigí a mi casa sin esperar a mis amigas.
-Sofía. –Dijeron Ana y Ainara acercándose corriendo.
-Hey. –Sonreí forzada.
-¿Qué te pasa? Estás como ida, no te enteras de nada, no has hablado en ninguna clase.
-No, nada. No me encuentro bien, ya sabéis. La garganta. –Dije volviendo a caminar.
-Sofía. –Dijeron poniéndose a mi altura.
-Lo sabemos todo. Nosotras y  los demás, todos. –Dijo Ana. Yo me senté en un banco cabizbaja y me puse a llorar de nuevo.
-Sofía, lo sentimos mucho. –Dijo Ainara.
-Me voy a morir. ¿Verdad? –Les pregunté.
-No digas eso, tienes que ser fuerte. –Volvió a decir.
-No quiero morirme, no quiero morirme. –Dije secándome las lágrimas y abrazándolas.
-¿Lo sabe Justin? –Preguntó Ana de nuevo.
-No, no sabe nada. No sé cómo contárselo a la gente. No quiero estar así. –Dije. –Cinco meses y todavía no lo sabe. No me encuentro con fuerzas como para decírselo.
-Tienes que ser fuerte, ¿vale? Nos tienes aquí, sabemos que es complicado, muy complicado. No queremos que te pase nada malo. Estaremos apoyándote, siempre. –Dijo Ainara cogiéndome para volver a caminar.
-Estoy sin fuerzas, no como a penas. No sonrío, no hablo, no duermo por las noches, me paso los días llorando. Esto es increíble. ¿Por qué? –Dije sin parar de llorar, caminando hacia mi casa.
-Sofía… ¿Por qué no se lo dices a Justin?
-Tengo miedo. –Dije.
-¿Miedo a qué? –Me preguntó Ana.
-A que me rechace.
-Tú eres tonta. Te ama Sofía, te ama. Lo conoces bien. Es tú ídolo.
Seguimos hablando hasta que llegamos a la puerta de mi casa y me despedí de ellas. Llegué a mi casa, me puse el pijama. Cogí y IPod y me tumbé en la cama a escuchar música. Unas horas después me llamó Justin.
-Hola. –Dije alegre.
-Hola mi amor.
-¿Qué tal todo? –Pregunté.
-Bien, bien ¿y tú? –Me dijo. Yo me quedé unos segundos en silencio.
-Bien, bien también.
-¿Seguro?
-Sí, si ¿Por qué? –Dije confusa.
-Te conozco y no sé, te noto rara.
-Mm, pues todo está bien.
-Me alegro cariño.
-Y yo.
Así pasamos hablando horas. Al final terminé contándoselo todo. Mis amigas me han abierto los ojos, necesitaba sincerarme con él.

Bueeeeeeno, qué, ¿Cómo os quedáis? Tengo que decir algo, y es que estamos en la recta final de la novela, quedan unos capítulos, pero pronto se acabará. Por cierto, no déis por seguro lo que pasará porque pueden pasar mil cosas. Ella es fuerte, como sabéis. Y nada, espero que os haya gustado. Gracias por preguntarme siempre que estoy mal, o si me notáis rara, de verdad. Muchas gracias por todo. Espero que me digáis que os ha parecido en una mención en Twitter. Os quiero. Gracias a vosotras por hacerme feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario