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Esta novela es mía al completo, no hay nada copiado así que espero que nadie la copie. Be original. Hecha para mis lectoras con todo el amor del mundo, porque son las mejores. Gracias por estos increíbles ratos que me hacéis pasar día a día. Nunca cambiéis ninguna de vosotras. Gracias por ser así. Atentamente: @_myswagdream. Elena.

domingo, 12 de febrero de 2012

CAPÍTULO 26. ~Vive tus sueños.~

-Bueno… a ver, voy al baño a por las cosas de ahí, ve abriendo la maleta que está debajo de la cama. –Dije dirigiéndome hasta el baño.
-Pero donde te crees que vas. –Dijo cogiéndome por la cintura.
Yo reí nerviosa.
-Al baño. –Dije con retintín.
-Mmmm… de eso nada. –Dijo juntándome con la pared mordiéndose el labio.
Yo miré abajo.
Me subió la cara. Comenzó a besarme suavemente con una mano en mi cara, mientras que con la otra mano subía por mi tripa hasta mi cuello. Yo le imité y puse una mano sobre su pelo, con la otra fui subiendo su camiseta poco a poco, adentrando mi mano entre ella.
Comenzó a besarme más rápidamente, él llevaba el control, yo hace tiempo ya lo había perdido, di media vuelta y se quedó contra la pared, subió mis piernas rodeándole con ellas y me volvió a pegar a la pared, yo llevaba vestido y estaba muy incómoda así. Cogí otra vez de su camiseta y tiré de ella hasta quedármela en la mano. Él buscó algo por mi espalda, la cremallera del vestido. Se separó un poco de mi lamiendo sus labios, lo que me provocó lamer los míos. Cuando la encontró intentó tirar pero no pudo. Había doble cierre por dentro del vestido, yo solté una pequeña risa y el imitó. Me dio un besito que me mató, en ese momento paramos.
-Oh, dear. –Dijo él.
-¿Qué? –Me extrañé.
-Nada, nada. –Dijo con cara de concentración.
-Me encantan tus besos. –Volvió a decir. Yo lamí mis labios otra vez. Me cogió de la cintura y me volvió a besar, esta vez más brusco.
-Bueno ya, ¿Me dejas coger las cosas del baño? –Dije susurrando.
-Sí. Venga. –Dijo abriéndome la puerta. Yo sonreí. Cerré la puerta.
Cogí el champú que había dejado ahí esta mañana, también las sales de baño de mi mamá. El secador y la plancha del pelo, casi no podía con todo en las manos. Intenté abrir la puerta pero no pude. Probé una segunda pero tampoco pude. Dejélas cosas y volví a probar dos veces más.
-Justin abre, no tiene gracia. –Dije cansada desde adentro. Nadie me contestó.
-Vamos Justin, no me hagas que me enfade, que estoy muy fea. Se escuchó una pequeña risa pegadiza. Su risa. Me hizo reírme a mí.
-Vamos, abre la puerta. –Carcajeé. Volvió a reírse.
-Justin que abras la puta puerta joder.
-¿Voy a tener recompensa? –Dijo por fin.
-¿Tener que? –Dije.
-Recompensa.
-Que recompensa ni que nada, que abras. –Dije riendo.
-Mmmm… pues ahora no quiero.
-Justin no sé si te acorarás que soy claustrofóbica, aquí no hay ventanas, me va a dar algo. –Dije nerviosa.
-No seas mentirosa, hay  un ventanal. –Rió.
-Joder. –Dije. –Vamos abre. –Volví a decir.
-Que no, jé. –Dijo con un tono que me hizo gracia. Se escuchó un ruido.
-¿Qué mierdas se oye? –Volví a preguntar.
-Me he caído, ¿vale? –Dijo con un tono que me hizo reír. Yo reí a carcajadas, a más no poder.
-Que lerdo.
-Eso lo serás tú.
-¿Qué haces? Vamos, ábreme. –Volví a decir.
Se volvió a escuchar esa risa pegadiza.
-Te odio. –Dije gritando. Él rió.
-No enserio, te odio. –Dije. Él volvió a reír.
-¡Que me abras joder! –Grité hasta dejarme sin voz.
-Venga, está bien. –Dijo cansado esta vez él.
Abrió la puerta de par en par.
En este momento pude ver un camino de pétalos de rosa desde el baño hasta la cama ¿Hasta la cama? Qué casualidad. Eran Rojas, rosas claritas y oscuras. Yo seguí el camino con una sonrisa en la cara. Llegué hasta el final de las rosas pero Justin no estaba.
-¿Justin? –Dije un par de veces.
Entonces él salió con una rosa de color rojo, se acercó a mí despacio sin decir palabra.
-‘You are my favourite girl’. –Me susurró al oido. Eso me mató, absolutamente acabó conmigo. Sonreí y le abracé.
-¿No se supone que las sorpresas te las tengo que dar yo a ti? Es tu cumple. –Dije.
-La mayor sorpresa es que tú hoy estás aquí. –Dijo mirándome a los ojos. Yo sonreí.
-Estás loco. –Volví a decir mirando para los lados.
-Loco por ti. –Dijo cogiendo de mi labio con sus dientes y llevándolo hacia él, yo hice lo mismo con su labio.
|| NARRA JUSTIN ||
En ese momento creo que se perdió nuestro control, tanto el suyo como el mío. ¿Siempre hay una primera vez para todo, no? La cogí de nuevo, antes pude observar el cierre de su maldito vestido y fui a saco, esto era demasiado para mí. La besé con todas las fuerzas y bajé mi mano a su trasero, ella se apretó más a mí, la tiré contra la pared y ella giró, ahí fue cuando le pude quitar el vestido, dejándolo caer abajo, ella estaba completamente en ropa interior y yo sin camiseta, ya que me la había quitado antes. Me ruboricé de verla así, nunca antes la había visto así aparte de en biquini, y  eso que llevábamos ya casi un año, pues estamos a uno de Marzo. Y llevamos desde Abril. Seguíamos así hasta que dí el paso de cogerla y llevarla hasta la cama, la dejé despacio y me tumbé encima de ella, seguimos besándonos, ella bajó besándome por el pecho y el cuello. Yo la cogía de la cintura sin dejar la compenetración.
|| NARRA SOFÍA ||
-Justin, Justin, Justin. –Dije parando. Sí, no sé porque ni como pero lo paré. Él no se inmutaba. Seguía a lo suyo.
-Justin. –Dije sacando un pequeño aliento de voz.
-¿Qué? –Dijo entre beso y beso, entre caricia y caricia.
-Justin, que pares. –Alcé la voz.
-¿Qué pasa?
-A ver… una vez leí lo de tu virginidad hasta el matrimonio, ¿es cierto? –Dije.
Justin me miró sonriendo. Cogió el anillo que estaba colocado en su dedo anular y lo lanzó por el balcón. Volvió a lo suyo, me empezó a besar más suavemente pero luego volvía a hacerlo salvaje, me comenzó a besar por el cuello, yo a él lo cogía del pelo, sinceramente habíamos perdido el control, y eso me gustó. Cogió del enganche de mi sujetador y me miró como pidiéndome permiso, eso es algo que me encanta. Yo asentí. Oí el ‘click’ y en un momento calló al suelo.
El resto no hace falta que lo diga. Justin se quitó los pantalones y lo que le faltaba y yo le imité, hasta que quedamos completamente sin ropa. Sacó un plastiquito de su bolsillo del pantalón que estaba tirado en el suelo, no me preguntéis de donde ni como lo tenía ahí, se lo puso. Lo demás lo marcaron nuestros movimientos. Sólo recuerdo que me dijo un ‘avísame si te duele’.
Cuando volvimos a recobrar el aliento no dijimos ni una sola palabra, sólo nos miramos y sacamos una sonrisa.
Eran más o menos las diez de la noche.
-Ahora, se supone que se dice lo de ¿Te gustó? ¿No? –Rió nervioso. Yo reí con él.
-Me encantó. –Dije dándole un besito de gnomo.
-A mí también me encantó. –Dijo él cubriéndose con la sábana.
La verdad es que esto era raro, acabábamos de hacerlo por primera vez, tanto él como yo, como juntos. Era extraño, a mí me ha encantado, la verdad. Era perfecto, era con él.
|| NARRA JUSTIN ||
Había sido increíble. Ahora no sé de qué hablar con ella. Salió así, salió que lo hiciéramos y lo hicimos. A mí me gustó, mucho.
Nos volvimos a mirar y nos reímos. Nos abrazamos aún en la cama.
-¿Pedimos para cenar? –Dije.
-Vale. ¿Nos lo traen aquí? –Preguntó esta vez él poniéndose de nuevo la ropa, aunque seguía sin camiseta. Yo fui a la maleta y me puse unos pantalones de pijama y una camiseta básica de tirantes.
-Sí. –Sonreí entrando al baño.
-¿Pedimos pizza? –Dijimos completamente al unísono. Reímos también a la vez.
-Sí. –Dijo él entrando en el baño también. Me dio una palmada en el trasero, y fue hacia el inodoro para hacer pis.
-Córtate un poquito ¿no? –Dije sonriendo y mirándome en el espejo.
-¿Yo? ¿Ahora? Paso. –Dijo riendo. Yo reí con él, fui a darle un besito y salí.
-¿Llamo ya? –Dije.
-Sí. –Dijo él desde el baño.
Llamé y unos diez minutos después vino un hombre a traernos una pizza enorme, pero acabamos con todo en poco tiempo, estábamos hambrientos. Después llamamos a un guardaespaldas de Justin para que viniese a recogernos, hubiéramos llamado a Kenny pero está con mamá y Pattie. No sé cuándo llegarían ellos de nuevo.
Vino a por nosotros, nos llevó a casa, saludé de nuevo a sus abuelos, son encantadores. Subimos arriba y no tardé en dormirme.

Ya sabéis. Y eso, os quiero.

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