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Esta novela es mía al completo, no hay nada copiado así que espero que nadie la copie. Be original. Hecha para mis lectoras con todo el amor del mundo, porque son las mejores. Gracias por estos increíbles ratos que me hacéis pasar día a día. Nunca cambiéis ninguna de vosotras. Gracias por ser así. Atentamente: @_myswagdream. Elena.

jueves, 9 de febrero de 2012

CAPÍTULO 24. ~Vive tus sueños.~

• Nos quedamos en.
Colgué la mochila de mis hombros y bajé las escaleras justa de tiempo.
-Hija. –Dijo mi mamá mientras yo cogía un panecillo de la despensa.
-¿Qué? –Dije.
-Hoy no vas al colegio.
-¿Por qué?
-Haz tu maleta, nos vamos a Canadá. Me he enterado que mañana es el cumpleaños de Justin y quiero que estés con él, ahora que puedes.
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-¿Cómo? –Dije abriendo los ojos. Demasiado.
-Eso, venga. El avión sale en tres cuartos de hora.
Yo sonreí de oreja a oreja, abracé a mi madre y subí corriendo a hacer la maleta. Mamá me dijo que me llevara bastante ropa, pues había comprado billete de ida pero no de vuelta. Creo que es mejor que vaya yo allí, porque él es Justin Bieber, y en Canadá ya están medio acostumbrados de verle. No es lo mismo. Subí, abrí mi armario y me puse a echar pantalones, chaquetas, camisetas, sudaderas, vestidos, zapatos, zapatillas… De todo un poco. Tardé 15 minutos en llenarla y bajé abajo. Mamá me estaba esperando con su maleta. Que sí, que tengo cáncer pero soy igualmente una niña de 16 años que quiere disfrutar de la vida.
Llegamos al aeropuerto, algunas chicas me pidieron fotos. Ahora soy medio conocida, me dijeron: ‘Háblale a Justin de nosotras cuando lo veas, por favor.’ De verdad, me siento tan identificada. Subí al avión después de un largo camino, me senté en el lado de la ventanilla como siempre. Me encanta ver como el avión va avanzando. Me puse a leer unas revistas que había en un lado del asiento. Puse mi IPod. Al cabo de tres horas lo apagué, me aburría. Habían pasado unas seis horas, no podía dormir, supongo que de los nervios. Un  poquito más de cinco meses sin verle. Lo echaba tanto de menos. Ahora íbamos por la carta número 33, le mandé la mía hace unos días. No sé si le habrá llegado aún. Me puse a pensar en todo un poco. Mamá cortó mi pensamiento.
-¿Qué piensas? –Dijo mi madre.
-Nada… tengo muchas ganas de verle.
Ella sonrió.-Entiendo.
Esta vez sonreí yo. -¿Qué tal con?… ya sabes con el hombre que me dijiste.
-Bueno… no teníamos nada, pero lo hemos dejado.
Yo miré a mi madre con cara de no entender.
-¿Por qué? Si estabas feliz…
-Ya, pero son cosas que pasan Sofía.
-Bueno, entiendo. Mamá sonrió triste.
-¿Y ahora estás mal? –Pregunté de nuevo.
-No, no… En Canadá hay buenos hombres, ¿no? –Rió.
Yo reí bastante. –Pues sí. –Dije. -Si todos son como Justin. –Reí por lo bajo.
Seguimos con la conversación y pronto llegamos. Guardé mi IPod en el bolsillo del pantalón y salimos del avión. Gracias a Dios no me reconoció nadie. Pronto salimos de todo el aeropuerto y cogimos un taxi hacia un hotel. Mamá dijo que mejor nos quedamos ahí y mañana vamos a darle la sorpresa a Justin, es su cumpleaños. Total son las 5 de la tarde y estamos cansadas, a mí me pareció bien.
Llegamos a la recepción del hotel y unos minutos después nos dieron entrega de la llave, subimos a la habitación, nada más entrar me tiré en la cama, estaba muy cansada. Mandé un mensaje a Justin.
“¿Quién cumple 17 años mañana? Mm… creo que nadie jijijiji, te amo cariño”.
Él rápidamente me contestó.
“Eres tonta, como no te acuerdes de felicitarme ya verás. Yo te amo más mi vida, quiero verte”.
En este momento recordé que no tenía un regalo comprado. Me levanté de la cama corriendo. Hablé con mi mamá y una media hora después salimos a comprar. Llegamos a una joyería, tenía pensado regalarle una chapa de las típicas que lleva él, pero con nuestros nombres y un te quiero. O algo así.
-Hola. –Sonreí apartando la cortina a un lado.
-Hola. ¿Desea algo en especial? –Dijo el dependiente.
-Sí, un regalo para mi novio. ¿Tiene chapitas?
Me enseñó unas veinte más o menos, de todos los tamaños y todas las formas posibles, al final escogí una mediana y de la forma normal que siempre las lleva, así cuadrada con las puntas en redondo.
Al final gravé esto: “Sofía y Justin.” Y un poco más abajo “te amo cariño.”
Pagué al dependiente, lo metió en una cajita azul marino y salimos de la tienda. Rápidamente volvimos al hotel, si alguien me reconoce podría romperse la sorpresa.
Subimos a nuestra habitación y llamamos a recepción para que nos subiesen la cena. Después tomé mis pastillas y más tarde nos acostamos, estábamos muertas de sueño.
• Al día siguiente.
-Despierta. –Dijo mi madre tambaleándome.
-¿Qué hora es? –Dije abriendo los ojos y ajustándome sobre la almohada de mi cama.
-Las 6 menos cuarto de la mañana. Si le das una sorpresa que sea buena, ¿no? –Dijo Mamá riéndose. Yo reí también.
-Esta cama es muy cómoda. –Dije volviéndome a colocar.
-Vamos, despierta y entra en la ducha. –Dijo mamá asomándose por el balcón del hotel, había unas vistas maravillosas.
Yo me levanté de la cama y fui hacia un pequeño armarito donde ayer guardé las pastillas. Tomé de las rojas, dos. Esas son las de por la mañana. Después me duché, una media hora después salí del baño vestida con un vestido peculiar, fue el que él me regaló aquél día en España ¿Recuerdas?
Me puse lo mismo que aquél día y me pinté un poco, hoy iba a ser un día especial. Después de peinarme y demás mamá llamó a un taxi que nos llevaría hasta casa de los abuelos de Justin donde él está ahora. De descanso.
Llegamos, mamá pagó al taxista y bajamos.
Cogí aire y nos dirigimos a la puerta. Eran las 7 y media de la mañana.
-¿Estarán despiertos? –Pregunté al aire.
-No sé. Llama. –Dijo ella.
Volví a coger aire y toqué dos veces. Un perro adentro empezó a ladrar, es Sam.
-Sammy. –Dije por lo bajo.
Una mujer abrió la puerta, oh… era la abuela de Justin.
-Hola. –Sonreí grande.
-Hola. –Sonrió la mujer extrañada.
-¿Quién eres? –Volvió a decir. Yo reí.
-Soy la novia de Justin. Me dijo que tenías ganas de conocerme.
A ella le cambió la cara.
-Cariño, tantas niñas vienen diciéndome eso.  Yo reí aún más.
-Es verdad, bueno también soy su fan. Pero sí, soy su novia. –Acto seguido le enseñé el fondo de mi móvil, era una foto de Justin abrazándome por detrás dándome un besito.
Ella sonrió.
-Pasa querida, eres más guapa de lo que hubiera imaginado.
Esta vez sonreí yo. –Gracias, usted es… como en la película. –Reí.
-¿Y tú eres su madre, verdad? Os parecéis mucho. –Dijo a mi mamá.
-Sí, sí. Yo soy su mamá. –Rió.
-Sentaos. Justin está durmiendo. ¿Cuántos años tienes niña? –Volvió a mí con cariño.
-Tengo 16. –Le sonreí.
-Me gustaría ir a despertar a Justin. –Volví a decir con un poco de vergüenza.
-Está bien. –Sonrió.
-Sube las escaleras de la izquierda, donde está el zorro con la pata rota, al subir la segunda a la derecha, es su habitación. No te extrañes por el desorden. –Volvió a decir.
-Está bien. –Reí. Mamá y ella se quedaron ahí.
-Que linda es su hija. –Escuché decir a la abuela de Justin mientras yo me disponía a subir las escaleras con una sonrisa en la cara.
Llegué a su habitación, cogí aire. Entré.

 AQWADILJADOAJWDSAO, ¡A ver que pasa! Bueno, lo mismo de siempre: Espero que os haya encantado, los comentarios a twitter. Gracias por todo. Y también pinchar en lo de 'interesante, guay o divertido'. Pues en lo que os haya parecido de los tres, jeje. OS QUIERO NENAS.

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