:)

Esta novela es mía al completo, no hay nada copiado así que espero que nadie la copie. Be original. Hecha para mis lectoras con todo el amor del mundo, porque son las mejores. Gracias por estos increíbles ratos que me hacéis pasar día a día. Nunca cambiéis ninguna de vosotras. Gracias por ser así. Atentamente: @_myswagdream. Elena.

martes, 31 de enero de 2012

CAPÍTULO 17. ~Vive tus sueños.~

Después me arreglé, planché mi pelo y lo dejé que callera, sin hacer ningún tipo de peinado, me puse un vestido blanco, ya que íbamos de fiesta ibicenca, pegado y cortito, de media manga y escote. Un cinturón marrón y unos tacones del mismo tono. El bolso también. Me maquillé lo justo, no me gusta salir con la cara rebozada en Cola-Cao como a la mayoría de chicas de hoy en día. No soy de esas.
Fui a llamar a Rebecca, otra amiga.
Llegamos ahí. Era una discoteca grande y había mucha gente, muchísima. Se notaba que regalaban mojitos con cada consumición. La gente me miraba, me miraba muchísimo. Me sentía muy observada, la noche fue transcurriendo, bebimos, bailamos, reímos, hablamos, volvimos a beber. La cosa se iba de mis manos. Estábamos todos mis amigos y mucha gente más en una mesa, yo me estaba agobiando demasiado, decidí salir a tomar el aire.
Salí del local.
-Oye. –Dijo una voz femenina tocándome por la espalda.
-Sí, dime. –Era una chica, de unos 14 o 15 años.
-¿Puedo hacerme una foto contigo, por favor? –Me preguntó nerviosa.
-Claro. –Reí. –Pero yo no soy famosa. –Dije carcajeando.
-A mí me vale. Soy belieber. –Volvió a decir sonriendo, con la mirada perdida en mí y con sus ojos bastante brillantes.
-Pues persigue tus sueños. Mírame a mí. –Sonreí.
-Eres súper simpática, muchas gracias de verdad. –Dijo.
-No hay de qué. Pero no le digas a nadie que me has visto por aquí, no sé si la gente me agobiaría pero quiero estar tranquila. –Dije.
-Vale. –Dijo sonriendo.
-Oye… ¿Estás bien? –Volvió a decir mirándome raro.
En verdad, yo estaba un poco mareada. Por todos los vasos con alcohol y mojitos de más que me había bebido, pero ahora soy la novia de Justin Bieber. No tengo que dar la nota.
-Si si, gracias. Es que estoy con dolor de cabeza, ya sabes. –Reí.
-Bueno un placer, hasta luego. –Dijo.
-Adiós maja. –Sonreí.
Fui hacia una explanada que había un poco más abajo, donde había unas escaleras y huecos para coches, también una gasolinera, me senté en uno de los escalones. Había unos chicos mayores que yo haciendo botellón.
Saqué mi móvil. Necesito hablar con Justin.
Lo llamé un par de veces pero no contestó, le dejé un mensaje.
‘Feo, te echo mucho de menos y eso que llevamos solo una semana sin vernos. Te mandé hoy mi carta. Que sepas que te quiero, te quiero mucho.’
Me quedé en el escalón, mirando para abajo, con las rodillas dobladas. Cogí mi vaso y le di un par de tragos más, pasaron 4 minutos y mi móvil volvió a sonar.
‘Mi vida, me alegro que te acuerdes de mí, porque yo siempre te pienso, no te vas de mi cabeza. Espero tu carta, ya sabes. Te amo mucho.’
Sonreí al ver este mensaje y miré al reloj. No me enteré de la hora y volví a mirar, las cuatro y media de la mañana pasadas. Decidí volver a la discoteca. Fui a levantarme cuando…
-Hey guapa. ¿Te invito a algo? –Levanté la mirada y era un chico de unos 23 años, mis amigas y yo siempre hemos estado coladas por él. Está buenorro y está opositando para bombero. La virgen. Sonreí.
-Hola. –Dije levantándome como podía del escalón. No me tenía mucho en pie y las piernas me temblaban.
Él sonrió y dijo un sonoro ‘ups’. Me ayudó. Un ‘no hace falta que toques’ se me pasó por la cabeza cuando me cogió de la cintura, pero sólo sonreí.
-Creo que has bebido demasiado. –Dijo otro acercándose.
Yo sonreí irónica. –No. Estoy bien. –Asentí.
-¿Sabes que estás muy buena? –Dijo mientras se acercaba un tercero. Yo empecé a asustarme un poco. Eran las cinco de la mañana. Estaba sola, con unos cinco tíos alrededor mío y cada vez venían más.
-¿Podéis dejarme? –Dije como pude.
-¿Quieres que te llevemos a un sitio donde se te pase toda la borrachera?
-No. –Dije seca.
-¿Entonces quieres que le contemos a tu novio el famosito Bieber lo bien que te lo pasas con nosotros?
Yo me quedé helada. -¿Crees que mi novio el ‘el famosito’ va a escuchar lo que dices tú, y te va a creer? –Reí.
-Eres respondona eh. Me gusta. –Dijo el mismo acercándose.
-Eh tío. Olvidarme. –Dije agachando mi cabeza. No sabía ni que mierdas hacía.
-Vale baby. Llama a tu novio, a ver que nos hace. A parte de cantarnos el ‘Baby, baby, oh’. –Dice otro cogiéndome del brazo. Yo le di un golpe de este y me puse de pie.
-Mira hijo de puta. Largaos ya, nadie os ha llamado. ¡Gilipollas! –Dije intentando alejarme.
Cuando parecía que los había perdido de vista decidí irme por fin a mi casa, pensando en lo gentuza que son, alguien se volvió a cruzar en mi camino. Me detuve como pude e intenté mirar quien era.
-Sofía Sofía Sofía Sofía. –Dijo una voz desde lo lejos.
Yo reí. -¿Qué? ¿Quién eres? –Dije.
-Yo. –Sí, era Marco.
-¿Qué quieres? –Dije seca.
Se acercó demasiado a mí.
-Jugar. –Dijo. Yo reí.
-Paz. –Dije esquivándolo yendo camino a la discoteca de nuevo para despedirme de los demás.
-No, ven. –Dijo estirándome del brazo, dándome media vuelta.
-¿Qué? –Grité soltando mi muñeca de un manotazo.
-Lo siento. –Dijo.
-No, no, no, mira no, no empieces, yo me voy, que luego pasa lo que pasa. –Dije cansada.
-Vale vete.
-Hasta luego.
-No Sofía. –Volvió a gritar llevándome a la pared.
-Marco vas borracho, fumado y no sé qué más. No me lo quiero imaginar. Déjame en paz. –Dije gritando esto último.
Salí para adelante, él me seguía, adelanté el paso. La gente no paraba de mirarme. Más más más y más. Empezaba a agobiarme. ¿Dónde está la Sofía de antes? Caminé aún más deprisa y cuando llegué a la puerta del local ahí estaban algunos de mis amigos.
-Nos vamos, ¿Te vienes? –Preguntaron.
-Sí, sí. –Dije.
-¿Dónde estabas? –Preguntó Rebecca empezando a caminar.
-Fui a las escaleras de la gasolinera a que me diera un poco el aire. –Dije.
-¿Con Marco? –Preguntó un amigo.
-El vino luego. –Dije.
-¿Bueno nos vamos? –Volví a decir.
-Sí. –Dijeron todos al unísono.
Al llegar a mi casa me quité la ropa y me quedé durmiendo enseguida. Esto de ser ‘La novia de Justin Bieber’ y no tenerlo a él cerca está pudiendo conmigo.

Ya sabéis, decirme que tal os ha parecido por Twitter. Espero que os haya encantado :}
@_myswagdream.

lunes, 30 de enero de 2012

CAPÍTULO 16. ~Vive tus sueños.~

Bajé del avión, mi madre me estaba esperando en el aeropuerto para llevarme con el coche a casa.
-¡Mamá! –Dije abrazándola.
-Hola. –Dijo enérgicamente, devolviéndome el abrazo.
-¿Qué tal todo? –Dijo.
-Genial, vamos a casa.
Cuando llegué a casa subí a mi habitación, dios como la extrañaba. Huele a mí, pero ya no huele a él. Encendí el ordenador, se me conectó al msn solo. Después abrí la primera pestañita y escribí tuenti. La segunda para twitter.
En tuenti tenía como 87654567635645 cosas nuevas, más de 500 peticiones de amistad, en cada foto que tenía con Justin y con Ryan tenía muchísimos comentarios nuevos igual que en las dos que teníamos Justin y yo solos. 68 comentarios en el tablón, doscientas mil millones de páginas y eventos. De todo.
Después de casi dos horas pude contestar a todo. Luego me puse con twitter. Tenía miles y miles de menciones, muchísimos nuevos seguidores, también de todo, twiteé un par de cositas.
Me metí al perfil de Justin y vi que había twitteado cosas.
‘@_____, Espero verte pronto, ya te echo de menos’.
‘@_____, (Nuestra foto) te amo mi amor. (En español).
‘Tiempo para mis beliebers. #Ilovemyfans. Sofía’.
‘ESPAÑA!!!!!!!!’
Y más cosas sobre sus fans, nosotras, las beliebers. Sobre believe y under the mistletoe.
Luego entré en el mío y twitteé unas cositas.
‘De vuelta a España’
‘Esto es todo un sueño’
‘No vale la distancia, estás en mi corazón @justinbieber.’
‘Gracias a todos mis nuevos seguidores y todas las menciones, he leído y contestado a casi todas las que he podido’.
‘@justinbieber te amo.’
La semana pasó pronto, me puse al día de todo con mis amigas y amigos. La gente por la calle me miraba como raro, incluso a veces había cámaras de televisión en la puerta de mi casa. Esto es una locura. Era lunes siguiente, el día de mandarle la carta a Justin.
Comenzé a escribir.
“Cariño, tan solo ha pasado una semana y ya pienso que ha pasado un año, te echo mucho de menos. La verdad es que me he hecho adicta a ti, dios. Te necesito. Pienso que esto de las cartas va a ser divertido, dentro de una semanita empezaré las clases, oh no. Que ganas tenía de volver a ver a Bieber, sí, le puse tu nombre a mi perro. Es muy mono. El lunes me fui con mis amigas para que me contaran todo lo que había pasado durante estos casi 5 meses que pasé contigo. Después el martes también salí con ellas y vi a Marco. Él me saludó, yo le dije que gracias por dejarme tirada, que gracias a eso he cumplido mi sueño y no le dirigí más la palabra, no pienso que pueda hablarle. Hablé por teléfono con Sergio, me ha dicho que ha conocido a una chica, estoy contenta por él, la verdad es que se lo merece y mucho. Otro día fuimos al centro comercial, me compré un conjunto muy mono, una cosa de tantas, llené mi armario. Me compré también una gorra morada como las tuyas, me recuerda tanto a ti, me encanta. Comimos en el McDonald, sí, el McDonald, no sé cómo no lo he aborrecido en estos 5 increíbles meses. El viernes salí con tu camiseta, me encanta. La verdad es que la gente me ‘persigue’ un poco, y por la calle me conocen de salir en la tele, noticias, cotilleos y tal, beliebers monísimas me preguntan por ti, yo las entiendo perfectamente y les cuento cosas sobre la gira, sobre el concierto a las que no pudieron ir… También vi el fútbol con mis amigos. (…) Bueno mi vida, no sé qué más decirte, espero que me cuentes muchas cositas en tu carta, ag que ganitas de volver a verte. Te amo.”
Fui y eché la carta al buzón que había en la plaza de mi pueblo, saludé a mi abuelo que estaba allí con los demás ancianos. Adoro a mi abuelo.
-La mejor nieta del mundo y la más guapa. –Dijo dándome unas palmaditas en la cara.
Yo reí. –Hasta luego abuelo.
Al subir a mi casa me encontré con mi madre. Iba con un ramo de flores blancas, de colores apagados.
-¿Dónde vas? –Le pregunté parando mi Ipod. Estaba sonando ‘Someone like you’ de Adele, amo esa canción.
-Voy al cementerio. A reponerle las flores a tu hermano. –Dijo.
-¿Puedo acompañarte?
-¿De verdad? –Me preguntó asombrada.
-Claro. Es mi hermano. –Dije.
-Bueno, ven conmigo. –Dijo empezando a andar.
Por el camino no hablamos, yo volví a poner mi Ipod. Yo quiero muchísimo a mi madre, pero no tengo esa confianza con ella. Nunca está en casa, siempre está trabajando, o de un lado para otro. Se podría decir que casi vivo sola. Llegamos al cementerio, nos dimos una vuelta hasta que llegamos al de mi hermano. Estaba lleno de flores, la gente de aquí aún lo recuerda, le tenían mucho cariño. Yo me besé la mano para más tarde tocar su foto con esta y sonreír. Mi madre tenía aún las flores en la mano, las dejó sobre un macetero que estaba reservado para familiares principales, cogió las flores que ya estaban en mal estado y las llevó hacia el contenedor. Después nos fuimos, el cementerio estaba arriba del pueblo, y había una gran cuesta para bajar, después había un parque. Pasamos por ahí.
-Sofía. –Gritó alguien desde un banco. Me giré y eran mis amigos.
-Mamá. Me quedo aquí ¿Vale? –Dije.
-Vale hija, no llegues tarde.
-Adiós.
Llegué allí, estaban dos amigos y una amiga, Sandra.
-¿Qué hacéis aquí? –Pregunté.
-¿Estáis fumando? –Volví a preguntar exaltada. Ellos rieron.
-¿Tanto han cambiado las cosas desde que me fui? –Volví a decir de la misma forma.
-Son de Marco y sus amigos, que han ido a beber agua a la fuente de abajo, estaban aquí, con nosotros. –Dijo Sandra.
-Ah vale, me había asustado. –Reí. -¿Marco está aquí? –Volví a preguntar.
-Sí, ahí viene.
-Hola. –Me dijeron alegres.
-Hola Bieber. –Me dijo uno de ellos.
Yo reí.
-¿Qué fuerte lo tuyo no? –Me preguntaron.
-Pues ya ves. –Sonreí riendo.
-¿Cuánto llevas con él? –Preguntó otro chico.
-Casi cinco meses. –Sonreí de nuevo.
-¿Y antes eras su fan, no? –Preguntó el mismo, Pedro.
-Sí, fui a su concierto. –Dije con el ‘fui’ más sonoro y mirando a Marco, el agachó la cabeza y un poco más tarde la volvió a levantar.
-Hey. –Dijo otro. – ¿Esta noche vais a la discoteca de la piscina? Hay fiesta ibicenca del fin del verano, ¿Iréis? –Preguntó.
-Si, por mí sí. Claro. –Dijo Sandra.
-¿Y vosotros? –Volvió a decir Sandra.
-Yo también voy, vale. –Dije. Los demás también dijeron que sí.
Al final de la tarde cuando empezaba a anochecer nos fuimos a nuestras casas a arreglarnos, yo llegué, miré mi twitter. Tenía miles de seguidores, menciones y RT nuevos. Esto empezaba a ser agotador. Tengo ya casi un millón de seguidores.
Volví a twittear.
‘Esta noche fiesta ibicenca.’
‘Gracias a todos por seguirme, intentaré seguiros de vuelta.’
‘Te echo de menos @justinbieber.’
Con este último tweet, revolucioné a las masas y antes de viciarme más, me desconecté para ducharme. Esta noche, fiesta.

Ya es repetitivo, así que como siempre espero que os encante, gracias por leerme y espero vuestros comentarios, no me seais gandulas :} Os quiero.

domingo, 29 de enero de 2012

CAPÍTULO 15. ~Vive tus sueños.~

Eran las 7:30, sonó el despertador. No quería que sonara, quería que el mundo se parara en ese instante, en ese puto instante. No quiero que esto acabe, no quiero que todo este sueño se vaya a la mierda por una palabra de nueve letras, por la palabra distancia, yo lo amo, lo amo muchísimo. Ahora solo necesito coger aire y ser muy fuerte, muy muy fuerte. Él no se enteró del despertador. Fui hacia él, le di un besito en la mejilla y me metí en el baño para ducharme. Después de ducharme, cogí la ropa para cambiarme, unos pantalones largos vaqueros, la camiseta que llevé el día de su concierto, con las mismas zapatillas también. Me planché el pelo y después me vestí con la ropa que he dicho. Eran las 8:15 ya. Cerré todas las maletas, cogí mi móvil y me lo guardé en el bolsillo. Fui hacia la cama para despertar a Justin.
-Cariño. –Le susurré. El abrió los ojos y sonrió. Se acomodó en la cama.
-Mi vida. –Dijo levantándose y abrazándome fuertemente.
Fue un abrazo largo, más de 3 minutos diría yo, tres minutos es poco tiempo, pero suficiente para decirlo todo. Yo no lo pude evitar, se me cayeron unas lágrimas.
-No quiero irme. –Dije abrazándole de nuevo.
-Tienes que ser fuerte, tenemos que ser fuertes.
-Sí. Por supuesto.
-Toma esto. –Dijo dándome una camiseta.
-¿Para mí? ¿Qué camiseta es? La abrí para poder mirarla mejor.
Me quedé un rato pensando. –Dios. –Dije articulando palabra.
-¿Te acuerdas de cuando la llevé? –Dijo sonriéndome.
-Cómo no me voy a acordar. Por favor. –Dije cogiéndole de la mano.
Era la camiseta que llevaba cuando nos encontramos en la puerta trasera por primera vez. Hace cinco meses.
-Toma tú esto. –Dije quitándome un collar.
-Es muy bonito. Te lo vi hace días. ¿Por qué nunca te lo quitas?
-Es el búho de la suerte, significa algo como ‘sé tú mismo siempre, y no te dejes llevar por los demás’ por eso me encanta. Me recuerda tanto a ti. –Respondí sonriendo.
-¿Y ahora es para mí?  -Dijo asombrado.
-Claro, para que te acuerdes de mí.
Nos volvimos a abrazar, después nos besamos.
-¿Te acompaño al aeropuerto? –Preguntó.
-Mejor que no lo hagas. –Dije riendo.
-Es verdad. –Rió.
-Bueno… pues me voy. –Dije mirándole.
-No te vayas. –Dijo cogiéndome de la mano.
-Tengo que irme Justin.
-No te olvides de mí. –Respondió.
-Tranquilo. Ni tú de mí.
-Tranquila.
-Escríbeme siempre, ¿Vale? –Dijo abrazándome.
-Vale. –Dije separándome de él y cogiéndole de las manos.
-Te quiero, no lo olvides.
-Y yo Sofía. –Dijo diciendo mientras yo cogía mis maletas, me ponía las gafas de sol y salía de la habitación.
Salí y me dirigí al aeropuerto.
Y es que todas las cosas tienen un final, aunque duela, aunque no estemos preparados, sabemos que todo antes que después se acaba, aunque no sea definitivo, pero si miro días atrás, sólo puedo decir que esto es increíble para mí, porque 5 meses, no hubiera pensado por nada del mundo que podía llegar a conocer a la persona que más quería en este mundo, aunque él no supiera quien era yo. Desde que fui a Madrid con Marco sin nada que perder… puf, ¿Cómo pensar, como llegar a imaginar que el pasaría por el mismo sitio en el que yo estaba llorando? Que con ese ‘ven conmigo a las giras’ ahí, algo cambió, no algo… cambió mi vida, para mejor, porque con nosotros no puede nada ni nadie, porque un día se convirtió en mi novio, pero ahora es mi vida. Y es que esto es ley de vida, siempre o casi siempre nos tenemos que separar de las personas que queremos y eso sí, tenemos que ser muy fuertes.
Tardé bastante en llegar al aeropuerto, pero aún eran las nueve menos cuarto. Cuando llegué la gente me miraba muchísimo ¿Me habré puesto la camiseta al revés? Pensaba mientras caminaba esquivando las miradas de la gente.
Al fin pude subir al avión, me senté al lado de la ventanilla, me traje unas revistas para el viaje. Puse mi Ipod, cuanto tiempo sin usarlo. Cuando lo encendí, me ponía el mensajito: ‘ve a por tus sueños’ que recuerdos. Ahora  lo tendría que cambiar y poner ‘vive tus sueños’ es lo que hago. Luego en el fondo de pantalla tenía puesta una foto de él y su hermanita Jazzy, en un programa de televisión o algo así, esa foto me encantaba. Me metí en carpetas, ‘Justin Bieber, mi vida.’ Esa era una, la más visitada. –Pensé riendo- Luego había bastantes más de otros artistas, me decanté por ‘Justin Bieber’ para no olvidar su voz ni un momento. Con melancolía empecé a escuchar ‘That sould be me’ y a extrañarlo ahora más que nunca.
Después de nueve horas de avión llegué a España.

Aqwisdwaesryyhkflkfw, jo. Bueno, espero que no hayáis llorado ni nada jajaja, y que os haya gustado mucho mucho mucho, ponerme en una mención en Twitter siguiente y como os ha parecido y eso. Y nada, que paséis buen domingo :) Os quiero.

viernes, 27 de enero de 2012

CAPÍTULO 14. ~Vive tus sueños.~

Llegamos al destino, el lago Star. Toda la gente que había se quedó asombrada, claro, normal, es Justin Bieber. Había solamente gente mayor, así que solo saludaban y poco más. Llegamos al sitio ‘privado’ del lago y ahí nos sentamos. No había nadie por ahí. Un rato después Justin sacó la caña de pescar y se puso a pescar. Yo nunca había pescado, me senté al lado de la orilla, mientras él se quedaba de pié con la caña.
Estuvimos hablando de todo durante horas, mientras Justin pescaba. Luego abrí la mochila de Justin y saqué los bocadillos que nos hicimos para comer. Estábamos comiendo.
-Me traje la cámara. –Dijo Justin.
-¿Sí? –Pregunté.
-Sí. –Dijo apuntándome.
Me tapé la cara y él rió conmigo. Después de susurrarme que quería una foto, posamos y nos la hicimos. Era un poco rara, ya que Justin salía dándole un bocado al bocadillo y yo poniendo morritos.
Después de eso nos quedamos en silencio, seguimos comiendo nuestros bocadillos.
-¿Tienes amigas beliebers?
-No, ninguna. –Dije riendo.
-¿No tienes ninguna amiga belieber?
-Ya te dije que no, que soy prácticamente la única de mi pueblo. –Le respondí.
-¿Y eso mola? ¿No hablabas de nadie conmigo y eso?
-A mí me da igual que molara o no molara, eres mi ídolo, me da igual lo demás. Y sí, hablaba con amigas de otros pueblos y ciudades por twitter y eso. –Dije.
-No te muevas. –Dijo cogiéndome de las dos manos.
-¿Qué? –Dije confusa.
- Paparazis. –Dijo parándose completamente y mirando para los lados. Yo no me enteraba de nada.
-Ven. –Dijo terminándose el último bocado de su bocadillo de Bacon. Después, cogió la caña y disimulando la metió en la mochila.
Al final llegamos a la carretera. Después de cruzar varias calles y callejones estrechos llegamos a un callejón sin salida, ese típico con una valla y después una pared, pero en vez de dar a una calle da a más callejones.
-¿Sabes dónde estamos? –Pregunté.
-Sí, claro. –Dijo.
-Vale.
-¿Cuándo podemos salir? –Pregunté de nuevo.
-En una media hora. –Dijo cogiéndome pro la cintura.
-Ser Justin Bieber es algo más complicado de lo que pensaba.
-Aún no lo sabes bien. –Dijo riendo.
Se empezó a acercar cada vez más. Cogiéndome de la cintura, subiendo con la mano a mi cuello y acercando suavemente su cara contra la mía.
-¿Estás seguro de que quieres hacer esto aquí?
-Segurísimo. –Respondió mirando a mis ojos.
Nos empezamos a besar, cada vez más rápido, fuimos a un pequeño muro a apoyarnos, él se puso de apoyo y yo me senté encima, girando el cuello de forma en la que seguíamos besándonos. Susurrándonos al oído y haciéndonos caricias casi prohibidas para volver a besarnos. Ya saben, algo mágico.
-¿Has oído eso? –Pregunté asustada.
-¿El qué? –Dijo riendo.
-Ah, no… nada. –Dije.
-Paranoica. –Me dijo riendo.
-Imbécil. -El rió.
-¿Salimos?
-Vale. –Dijo cogiéndome de la mano.
Salimos de todas las calles, de pronto vimos a unas chicas. Las miramos. Nos miraron. Las miramos. Nos miraron. Nos miramos. Gritaron.
-Dios. –Dije.
Justin se acercó a ellas y las saludó. Dos besitos, cuatro fotos. Cada vez había más y más gente, mucha más gente. Yo me quedaba al margen de la situación, Justin sólo me miraba y sonreía como si tuviese controlada la situación. Me estaba diciendo algo, pero no me enteraba de nada, solamente susurraba. Me harté y le grité. Cada vez había más gente. Veía que Justin se agobiaba un poco.
 -¿Qué? –Dije elevando el tono.
Toda la gente se giró y me miró. Yo no soy borde. Pero me estaba agobiando demasiado esa situación. Si yo… sería peor que ellas. Justin no me dijo nada. Me acerqué a él disimuladamente de nuevo.
-Llama a Kenny. –Pude escuchar. Yo volví para atrás y lo llamé, en menos de 10 minutos estuvo allí.
Pudo sacar a Justin de entre toda la gente, subimos a su coche. Después de una ‘bronca’. Nos dejó en casa y se fue.
-¿Entonces te vas mañana? –Dijo mirándome mientras entrábamos a la habitación.
-Sí. –Dije poniendo carita triste.
-Joder, te voy a echar mucho de menos. Espero que nos volvamos a ver pronto. –Dijo cogiendo de mi cara con la intención de besarme.
-Y yo Justin. –Dije ‘haciendo pucheritos’.
-Asco de distancia.
-Demasiado… -Dije mientras miraba al suelo. Nos abrazamos.
-¿Has visto la peli de Querido John? –Me preguntó.
-Sí, preciosa. ¿Por qué? –Le pregunté.
-¿Hacemos como ellos?
-¿Cómo que como ellos? –Pregunté extrañada.
-Mandándonos cartas. Yo sonreí. -Claro, empiezas tú diciéndome que tal te va por allí. Después yo te contesto, luego tú a mí y así. Será divertido. –Volvió a decir.
-Vale. –Sonreí. -Que romanticón. –Volví a decir.
-Hombre por supuesto. –Rió.
-¿Cuándo te vas mañana?
-A las 9 de la mañana sale el avión.
-¿Dormimos?
-Sí. Supongo. Hasta mañana. –Dije.
-Hasta mañana princesa.

Holita, espero que os haya encantado, y el siguiente capítulo será un poco tristón qwiosrafñjls, jó. Bueno, para saber quien me lee, sólo avisaré para el próximo capítulo a las que me manden comentario. No vale con que me RT, tenéis que ponerme aunque sea un 'siguiente', para que os apunte. ¿Vale? Las que no me pongan comentario supongo que serán las que ya no me lean. Y eso, nada, tranquilas que la emoción volverá. Os quieeeeeeeero. Gracias por leerme.

jueves, 26 de enero de 2012

CAPÍTULO 13. ~Vive tus sueños.~

Un suave cosquilleo me despertó, el aire entrando por la ventana de la habitación de Justin, las cortinas blancas merodeándose de arriba abajo, haciendo ondas perfectas, abrí un poco mis ojos y pude observar como Justin me miraba mientras dormía, solté una pequeña risa, apenas abriendo la boca, él se acercó y me dio un besito acompañado de ese “buenos días princesa” que tanto me encanta. Llevamos más de tres meses y podría jurar que han pasado dos días, como también podría jurar que quiero pasar mis diecisiete vidas a su lado. Era cuatro de septiembre.
-Cari. –Dijo echándome un mechón de pelo para atrás.
-Dime. –Dije acomodándome.
-Prométeme que a pesar de todo, de la distancia, de la gente, de los paparazzi… prométeme que a pesar de todo siempre siempre vamos a estar juntos.
-Prometido. Acuérdate siempre, ahora mismo estoy cumpliendo mi sueño, viviendo mi sueño. Ahora mismo toda mi vida es un sueño. –Dije mientras él se levantaba de la cama y se sentaba en el ordenador. ¿Por qué piensas eso ahora?
-No sé, por… por si luego lo lamentamos. Y no quiero. –Dijo mirándome fijamente.
-Prometidísimo. –Dije sonriendo
-Me da miedo. –Volví a decir después del silencio en la habitación.
-¿Qué te da miedo?
-El invierno, volver a empezar con la rutina. –Dije.
-¿Por qué?
-Justin, tú vives aquí, yo vivo en España tengo ahí a mi familia, mi colegio, mi todo. Yo te amo, te amo a morir, sobra decir que eres lo mejor de mi vida y que nunca te dejaré. Pero supongo que mi obligación es volver a España para el colegio. Y eso… -Dije mirando al suelo.
Justin miraba al suelo, a distinto punto que donde miraba yo.
-¿Qué? –Volví a decir.
-¿Te acuerdas cuando me dijiste ‘No todo queda en ser fan, no tengo ese sentimiento de fan hacia ti. El típico ídolo-fan loca. No, a veces eso va mucho más, eso atraviesa toda la puta distancia, los mares, los océanos, las putas carretas. El asqueroso cielo, todo. Rompe con todo, porque siempre, siempre que te he necesitado tú has estado a mi lado. Porque me ponía la mano en el corazón y te tenía aquí, a mi lado’? ¿Te acuerdas?
-Sí, claro que sí.
-Pues eso, exactamente eso es lo que tenemos que hacer. Confiar el uno en el otro, sé que siempre que te necesite vas a estar aquí. –Dijo señalando a su corazón, sentándose a mi lado en la cama y cogiendo de mi mano.
-¿Te da igual que estemos a miles de kilómetros? ¿Quieres seguir con esto?
-Necesito seguir con esto para poder ser yo mismo, para poder vivir.
Yo simplemente le abracé, ni el mismo sabe lo que significa todo lo que está diciendo para mí en este momento, no sabe que ganas tengo de quedarme aquí con él y continuar todo aquí, pero mi corazón me dice que debo volver.
-Prometo ir a verte siempre que pueda. –Dijo.
-Prometo quererte más que ayer pero menos que mañana, todos los días del año.
-Prometo que siempre te voy a querer.
-Prometo que el único chico serás tú tú y tú. –Volví a decir.
-Prometo que te amaré, hasta siempre.
-Prometo que todo lo que digo es verdad. –Dije.
-Prometo que todo lo que ha salido de mi boca es completamente cierto, y lo voy a cumplir. –Dijo abrazándome.
-Asco de distancia. –Volvió a decir.
-La he superado todo este tiempo ¿Piensas que ahora no? –Dije con una pequeña mueca de sonrisa.
-La superaremos juntos. –Dijo juntando sus manos con las mías, susurrándomelo al oído mientras que yo le abrazaba cogiéndole con fuerza por la espalda.
-Defíneme distancia. –Dije.
-¿Cómo?
-Que me definas distancia. –Volví a decir firmemente.
-Pues… ¿El espacio que hay entre dos puntos o personas? –Volvió a decir.
-No tienes ni idea. –Dije.
-¿Cómo? –Volvió a decir. –Que eso lo pone en mi libro. –Dijo riendo.
-¿Quieres que te diga lo que es la distancia amigo? –Dije escapándoseme una mueca de risa.
-Si profesora.
-Muchos dicen que es el olvido, otros que hace la fuerza y la unión, otros simplemente creen que ni siquiera les afectaría. Nadie sabe realmente que significa esa palabra hasta que no la tiene en su boca. Hasta que no pierdes a alguien por culpa de unos kilómetros… puf. –Volví a decir-  esa sensación, sientes que tu lugar no es en el que estás, que necesitas verle, abrazarle. Pero siempre te queda la esperanza de que algún día, dentro de poco o de mucho, le tengas cerca, muy cerca.
-Para nosotros hará la fuerza y la unión. –Dijo abrazándome.
-Por supuesto.
-¿Qué hora es? –Preguntó.
-Mmm… Las 14:30. –Volví a decir.
-¿Bajamos a comer? –Preguntó.
-Qué raro eso en ti… -Dije irónicamente.
Él se acercó y me mordió el labio.
-Hay. –Dije con un tono elevado.
-Te fastidias. –Volvió a decir riendo.
Yo puse cada de pena, me abrazó por detrás. Nos dimos un besito y algunos ‘cariñitos’. Después de un rato, bajamos a comer.
-¿Vamos a pescar? –Dijo con la boca llena del último bocado del plato.
-¿A pescar? Vale. –Sonreí.
-Me sé un sitio bonito. –Vuelve a decir.
-A tu lado todo es bonito. –Dije.
-¿Por qué me quitas las cosas de la mente? –Dice mirándome con cara de bebé.Yo reí.
Subimos arriba, me dejé el pelo normal y me puse una cinta trenzada marrón, la verdad, no me apetecía mucho vestirme. De ropa, arriba me puse una camiseta de tirantes y volantes beige y unos pantalones vaqueros, con unas manoletinas normales, del mismo tono que la camiseta. Justin guapísimo como siempre, una camiseta blanca, unos pantalones vaqueros claritos unas zapatillas convers, como grises.
Cogió sus gafas de sol de siempre, las cuadradas negras que a mi tanto me gustaban y me gustan. Yo cogí otras, de esas grandes.  Salimos de casa y nos subimos en el coche.
-Pareces un moscardón. –Dijo riéndose.
-Idiota. Y tú… ¿Dónde vas, a ver una peli de 3D? –Dije burlándome de él cogiéndole de la mano por detrás de su cuerpo.
-Sí, never say never… dicen que está bien, ¿Vienes a verla conmigo?
-Lo siento, ya he visto esa película ocho veces. –Dije sin poder evitar soltar una carcajada.
-¿Ocho veces? –Preguntó asombrado cerrando la puerta de su casa.
-Sí. –Dije riéndome.
-¿Dónde? ¿Cuándo? –Dijo poniendo caras raras. Yo reí.
-Sí, tres veces en el cine. Cuatro veces en casa y otra vez casa de una amiga. –Dije riendo.
-Dios. –Dijo riéndose de forma extraña. ¿Te la sabes de memoria? –Preguntó.
-Más o menos. –Dije cogiéndole de la mano.
Así continuamos hablando, diciendo cosas sin sentido. Tonterías. Hablando de todo y de nada. Hasta que una media hora después, llegamos al destino. El lago Star.

Holita, el examen bien jajaja. Por las que me habéis preguntado. Y nada, el capítulo, espero que os guste, creo que os habrá gustado, ya nos vamos conociendo :} Y eso, mil millones de gracias por leerme. Espero vuestros comentarios, ¿sí? Hice una encuesta sobre que os parece la novela, ¡votar! jajaja. Nada, como siempre los comentarios a Twitter. Os quiero.


miércoles, 25 de enero de 2012

CAPÍTULO 12. ~Vive tus sueños.~

-Mira. –Dije.
-¿Dónde?
-Allí, justo en aquel punto del cielo, mira a aquella estrella.  ¿Hermosa verdad? –Dije.
-Mucho.  –Dijo sonriendo.
-Tiene tú mismo brillo… ¿Sabes por qué nunca se apaga? –Volví a decir.
-No. –Dijo extrañado.
-Porque aunque sea una de las estrellas más pequeñas que haya nunca deja que ninguna otra le tape, nunca deja que la luz del Sol pueda relucir más que su propia luz. Tú eres como esa estrella, no dejes que nadie tape tu brillo, no dejes que nunca nadie corte tus alas, no dejes de soñar, de luchar, de reír, de llorar, de cantar, de bailar, de jugar, de correr, de saltar, de vivir, no lo hagas.. Sabes, como tú un buen día me enseñaste, nunca digas nunca.
-¿Por qué haces esto?, ¿Por qué me ayudas de esa manera que nadie sabe?, ¿Por qué siempre sabes cuándo me siento mal e intentas ayudarme? Eres increíble.
-Porque te quiero, bueno no es exactamente eso, porque lo que siento es algo más que quererte, es simplemente porque si tu dejas de sonreír, dejas darme fuerzas, dejas de impedirme que me rinda, dime, ¿quién lo hará? ¿Sabes?, todo el mundo tiene deseos, propósitos, ideas en su cabeza, debo de decir que somos bastantes egoístas y solo pensamos en nosotros, por eso, siempre pedimos cosas con el fin de complacernos a nosotros mismos... pero, no sé si es porque soy yo o porque eres tú, pero mi único deseo es tu felicidad eterna, no hay nada que quiera más en esta vida... la gente a menudo necesita cosas materiales para vivir y yo por el contrario solo necesito que seas feliz, por eso te ayudo. –Volví a decir mirándole a los ojos.
-Me dejas sin palabras, como siempre. ¿Sabes? Creo que estoy saliendo con la mejor belieber del mundo. –Dijo.
Yo sonreí. –Sí, pero las amas a todas.
-Por supuesto, siempre. Y más con la carta que me leíste… pienso en lo que tu sientes por mi siendo fan y me das muchísimas fuerzas para seguir con todo esto, para que nadie tape esta pequeña estrella.
Yo sonreí y lo abracé.
-¿Nos vamos? Ya es tarde. –Preguntó.
-Sí, vámonos.
Llegamos a casa, nos cambiamos, nos pusimos el pijama. Yo primero me duché.
-Te han mandado un mensaje. –Dijo dándome el móvil.
-¿Quién?
-Ainara, o algo así. –Dijo riendo.
El mensaje decía así:
‘Cari, tengo que contarte una cosa, mi madre está enferma y como sabes no vamos muy sobrados de dinero… necesita una operación que vale demasiado dinero como para poder pagarlo, tu madre me dijo que le ofrecieron ir a un programa de televisión a contar cosas sobre ti y eso, ya sabes. Ella dijo que no y me dijo a mi si quería ir yo, fui ayer, fuimos tu madre yo y Sandra. Te he mandado a tuenti el link de un video del programa para que veas lo que dijimos. Muchas gracias, te quiero mucho’.
Me quedé en shock total.
-¿Qué pasa? –Dijo Justin.
-Creo que vamos a salvar una vida.
-¿Por qué? –Preguntó.
Puse el vídeo.
-Cuéntanos Sandra, tú la conocías bien, ¿Cómo es Sofía? –Preguntó el presentador.
-Había un sueño en su alma, algo que le permitía levantarse cada mañana con una sonrisa en la cara y diciendo 'hoy será un día especial, hoy echaré todo lo malo por la borda, hoy conseguiré lo que quiero'... Es decidida, valiente, segura de sí misma, luchadora, le afectaba lo que le dijesen los demás, como a todos nos afecta, pero ella era distinta, no se rendía… Le han pasado muchas cosas malas en su vida, como la muerte de su hermano, ella y su hermano eran inseparables, como almas gemelas. Claro está, son hermanos, hay pique entre ellos. Pero eran los mejores, juntos. –Dijo Sandra.
-¿Y cómo eran sus relaciones con la gente, tipo amistad…? –Volvió a preguntar el presentador.
-Tenía demasiadas personas en su vida, algunas más importantes que otras, pero por alguna extraña razón tenía a alguien a quien a amar por encima de todas las cosas, él.
-¿Qué sentía por él? –Preguntó de nuevo a mi madre.
 -Soy su madre, a mí no me contaba nada, pero lo sé. Lo que siente hacia ese chico es demasiado fuerte, es un amor fuera de control, pero no un amor tal y como lo conocemos hoy en día, no, es algo más, ese chico significa demasiado para ella, es todo lo que necesita, la inspira con cada palabra que salía de su boca, la hace feliz con cada sonrisa que se dibuja en su boca, la ayuda a levantarse de cada caída que tiene… por mucha distancia que los separase en ese momento. –Dijo mi madre.
-Distancia, ha dicho distancia. ¿Y a pesar de la distancia, sentía todo eso por el?
-Sí, he dicho distancia, había demasiados kilómetros que los separaban, supongo que eso sería lo que hacía que lo que ella sentía por él fuese cada día más fuerte, toda esa distancia la hacía fuerte, le gustaba superar todos y cada uno de los obstáculos que el destino le iba poniendo para llegar hasta su destino, para llegar hasta él. –Volvió a decir mi madre.
Yo no podía parar de llorar, desde la primera letra, de ver todas las cosas buenas que estas chicas decían de mí, porque no van a meter mierda a un programa, van a decir la verdad y eso dice mucho, dice que por lo menos son buenas personas y dicen la verdad.
-¿Nunca pensó en que eso es imposible?
-Muchas veces, muchas veces lo pensaba, muchas veces pasaba por su mente el pensamiento de ‘esto es imposible, es un locura, es sólo un sueño... Jamás se hará realidad’ pero inmediatamente después de este pensamiento era como si Justin le susurrara al oído diciéndole ‘persigue tus sueños, nada grande llega fácilmente… si de verdad deseas algo con el corazón, el destino se encargará de que lo consigas’ y era entonces cuando se volvía a armar de valor y seguía adelante luchando por aquello que tanto deseaba. Por conocerlo alguna vez. –Volvió a decir Sandra.
-¿Cuánto tiempo duró todo esto? –Preguntó un colaborador.
-Pasó el tiempo, y ella jamás se rindió, peleó como nadie para conseguir tenerle delante de sus ojos, para poder rozar sus manos con la punta de sus dedos, para susurrarle al oído que lo amaba y que siempre estaría ahí, aunque él no la viese…
-No todo serán cosas buenas, también habría cosas malas. –Preguntó otro.
-Afrontó todo los problemas que ser fan de Justin Bieber suponía, alzó la cabeza la cabeza sintiéndose orgullosa ante la gente que la juzgaba por tener dicho sueño.. Hacía todo esto por una simple razón, porque desde que lo conoció no había compartido momentos con él, pero si pensando en él. Y todos y cada uno de esos momentos habían sido únicos e irreemplazables. –Dijo Ainara.
-Por último, ¿Os ha contado algo de ese día, el día que lo conoció? –Preguntó el presentador.
Ese día, el día en el que u sueño se hizo realidad… el mejor día de su vida. En realidad no tenía argumentos lógicos, ocurrió porque tenía que ocurrir… nunca hubiese pensado que fuese a ser él, pero lo era, era él y su manera de hacer las cosas, su forma de mirar, su risa, sus gestos, su pelo, sus manos, su todo… Lo vio, lo vio y lo abrazó. Tenía tantas cosas que decirle, que no sabía por dónde empezar, y puede que si se pusiera a escribírselas todas una a una, se quedara en blanco porque no encontraría las palabras para expresar todo lo que él significaba para ella. Quizás ese sería el momento de decirle que ella no quería otro sueño, le gustaba ese porque él la ayudaba cada día a hacerlo realidad, le cambió todo. –Dijo Ainara de nuevo.
La gente estaba aplaudiendo un montón, veía en el público belieber, totalmente emocionadas, se sentirán tan, tan identificadas con esto…
-Joder. –Dijo Justin.
-Mi gente. –Dije emocionada.
-Puf. –Dijo Justin.
-Es genial ¿Verdad? –Dije.
-Sí, increíble, sin palabras… ¿De verdad sientes esto por mí? –Preguntó.
-Te ha quedado bastante claro con la carta… y ahora esto. –Dije abrazándole.
-Te amo. –Dijo.

Hola pequeñas ansiosas jajajaja, yo tendría que estar estudiando, pero me habéis mandado 3543523 menciones con que necesitábais el siguiente capítulo. ¡Pues tomar, dos! Y ahora, me voy a estudiar, porque voy a suspender :) Espero muchos comentarios, y que os hayan gustado los capítulos. Os quiero.

CAPÍTULO 11. ~Vive tus sueños.~

Nos despertamos. Llevábamos como unas dos horas viendo programas en la tele, aburridos pasando canales.
-¿Sabes lo que me apetece hacer hoy? –Dijo Justin sentándose en el sofá.
-¿Qué? –Pregunté.
-Ir a la playa ¿Vamos a la playa?
-Si quieres… -Dije.
-¿Tu no quieres? –Preguntó.
-Es que me da miedo. –Dije riendo.
-¿El qué? –Preguntó.
-Las medusas. –Dije riendo. –Siempre me pican.
-¿Enserio? –Preguntó.
-Sí. –Reí.
-No tienes por qué tocar el agua. –Dijo.
-¿Cómo? –Me extrañé.
-Yo te llevo en la colchoneta por toda la playa. –Dijo riendo.
-En fin... será divertido. –Dije riendo.
-¿Desayunamos ya? –Preguntó.
-¿Qué? –Dije.
-Pizza. –Rió.
-¿Pizza para desayunar? –Carcajeé.
-Mmmmmmm… -Inmutó.
-Estás loco, yo me comeré un croissant.
-¿Estará ya aquí tu mamá? –Pregunté.
-¿Qué hora es? –me preguntó.
-Mmmm… las 11 y media. –Dije.
-Seguro que sí. ¿Bajamos? –Yo asentí.
-Mamá. –Bajó gritando por las escaleras.
-Hola chicos. –Dijo desde la cocina.
-Hola Pattie. –Dije.
-¿Qué has hecho para desayunar má? –Preguntó Justin dándole un beso en la mejilla.
-A ti te he calentado la pizza que cenasteis anoche porque seguro que te apetece, luego he comprado napolitanas y croissants. –Dijo.
Desayunamos, después fuimos a ponernos los bañadores, las toallas, la colchoneta y demás. Subimos al coche.
-Me encanta que corras. –Reí. El también rió.
-Que bue… guapa estás hoy. –Dijo rectificando aposta.
Yo reí. –Tu muchísimo más. –Dije.
-No. –Dijo negando.
-Sí. –Asentí.
-Pon la radio.
-Voy.
Estaba una canción de Beyoncé.
Justin rió y se mordió el labio.
-¿Qué? –Reí.
-No nada. –Dijo riendo.
-Te pone eh. –Reí.
-Bueno… -Dijo.
Yo reí.
-Tú me pones más. –Dijo.
Yo hice una mueca de nerviosismo. El rió.
-Vergonzosa.
-Imbécil.
-Tú.
Yo abrí la boca.
-Esa boquita que no pase hambre. –Dijo con voz de ‘albañil’.
Yo reí a carcajadas. -Eres tonto. –Dije.
-Y tu guapa.
-Oye… Eres Justin Bieber. –Dije.
-¿Enserio? No lo sabía. –Dijo irónicamente.
-Tonto, digo que ¿Cómo vamos a ir a la playa llena de gente?
-Es que vamos a ir a una playa especial. –Dijo.
¿Cómo qué especial?
-Es una playa a la que veníamos  mis amigos y yo cuando éramos más pequeños, nadie sabe este lugar, solo nosotros. Y quien lo conoce, no suele visitarlo.
-Osea, que hay muchas medusas. –Dije poniendo carita de bebé.
-Ninguna.
-Seguro. -Reí.
Llegamos al lugar después de una larga conversación, salimos del coche y cogimos las cosas del maletero. Pusimos las toallas en la arena. La paya era pequeñita, con poco trozo de arena y un camino que no sé adónde conducía, no había nadie. Es verdad que nadie se sabe esa playa, si no estaría llena porque es perfecta.
-¿Nos metemos? –Dijo tirándome de la blusa.
-Venga. –Dije quitándomela.
Se quedó mirándome.
-No me mires así. –Dije mirándole vergonzosa.
-Mmmmmm. –Dijo abrazándome por detrás.
Se quitó la camiseta, cogió la colchoneta y fue hacia el agua.
-Sube. –Dijo desde la orilla.
-Va.  Intenté subir.
-Hay Justin que me tiras. –Dije gritando. El rió a carcajadas.
-Jo. –Dije poniendo carita de bebé sentándome en la orilla.
-Mira hacemos una cosa, dejo la colchoneta, vengo a por ti y te pongo en ella. –Dijo parando de reír.
-¿Y crees que eso va a funcionar? –Dije irónicamente.
-¿Qué apostamos? –Dijo.
-Venga va, ven a por mí. –Dije desde la orilla.
Dejó la colchoneta, llegó a la orilla y me cogió.
-Date prisa, que se va. –Dije pataleando.
-Pero no me pegues tonta. –Dijo riendo. Se tropezó.
-Justin que nos caemos. –Dije riendo y gritando. El solamente reía.
-Corre, corre. –Volví a decir gritando.
-Pesada. –Gritó.
-¿Llegamos ya? –Dije mirando a la orilla.
-Ya. –Dijo ‘dejándome’ en la colchoneta. Vino una ola y me llevó.
-¡Justin! –Dije riéndome a carcajadas y gritando. El reía muchísimo, a carcajadas.
-Cógeme, cógeme. –Dije riendo y gritando. Me cogió y me llevó a la arena, volvió a tropezarse y caímos en la orilla, el encima de mí. Empezamos a reírnos a carcajadas, rebozándonos por la arena.
-Que tontos somos. –Dijo el riendo a más no poder.
-Mucho. –Dije a carcajadas.
Se acercó a mí y subió su mano por mi tripa. Yo hice una mueca de risa, juntamos nuestras bocas jugando con nuestros labios, arrastrándolos. El hizo un movimiento de manera que quedé encima de él, me acarició la espalda de arriba abajo con la mano y nos besamos. Estuvimos así bastante tiempo, ‘rebozándonos’ dando vueltas por la arena, cada vez era más tarde, se hicieron las 6 de la tarde.
-Me encantas. –Dijo dándome un besito de gnomo.
-Y tú a mi más.
-¿Sigo siendo tu ídolo? –Me preguntó sentándose en la arena. Cortando el silencio.
-Por supuesto. Siempre, belieber siempre. –Dije sonriendo. El sólo sonrió.
-Se está haciendo de noche. –Dijo.
-Ya, ¿vemos las estrellas? –Le pregunté.
-Sí, esta noche hay muchas. –Dijo.
-Pero ven. –Volvió a decir cogiéndome de la mano.
-¿Dónde? –Pregunté. Pasamos por el camino que antes dije, era un lugar hermoso, precioso. Muy bonito, tenía árboles, arena en el suelo y una pequeña playita de agua estancada y cristalina.
-Desde aquí se verá bien. –Dijo poniendo la toalla. Nos tumbamos.
-¿Tú sabes de esto? –Pregunté.
-Sí, un poquito. Mira, ahí está la osa mayor, con forma de carro. –Dijo señalando al cielo.
-Esa también lo sabía yo. –Dije riendo.
-Tonta. –Rió.
-Esa es la estrella polar, la más luminosa del cielo. –Dijo señalando.
-Es bonita.
-No más que tú.
-Ni que tú. –Dije dándole un besito en la mejilla.
Eran más de las doce de la noche, nos quedamos un rato mirando al cielo, sin pensar en nada. En verdad si pensaba en algo, pensaba en que soy la chica más afortunada del mundo, que esto es increíble, que ahora tengo verdaderamente claro lo que quiero, y es estar con él, siempre.
-¿Qué piensas? –Pregunté rompiendo el silencio.
-La verdad, no sé, en todo aquello que he recorrido, en todos los obstáculos que he superado y que tendré que superar, en las personas que he dejado atrás y en las que tendré que ir dejando, en lo difícil que será todo… -Dijo.
Nos quedamos otro rato en absoluto silencio, mirando al cielo.

martes, 24 de enero de 2012

CAPÍTULO 10. ~Vive tus sueños.~

[ NARRA JUSTIN ]
Ella giró de manera en que yo me quedaba en la pared, volví a cogerla del trasero, esto se iba de mi control. Le tiré el pelo una vez más para detrás, estábamos los dos completamente mojados, el rímel de sus pestañas se estaba corriendo, le mordí el labio llevándomelo a mí terreno, tiene unos labios increíbles, ella solo sonreía, es una cosa que me encanta de ella, es tan simpática, tan risueña, siempre se está riendo y todo lo toma con humor, es la chica más perfecta que he visto en mi vida. Yo cogí de los tirantes del vestido y lo intenté bajar un poco, por su bien. Iba completamente mojada.
-Jus… jus justin. –Intenta ella decir.
-¿Qué? –Digo entre beso y beso.
-Para. –Dice ella sonriendo.
-Estás muy mojada, te vas a estampar. –Digo riendo.
-Correré el riesgo. –Dice riendo.
Fue a salir de la ducha y se resbaló con los tacones, yo la cogí como pude cogiéndola de sus dos pechos, agarrándolos bien.
[ NARRA SOFÍA ]
Me cogió de lleno, de ahí. Giré y noté su respiración como algo agitada.
-Lo siento. –Dijo riendo.
Yo comencé a reír. -¿Qué? –Preguntó él.
-Que siempre te da vergüenza, no tiene por qué. –Dije.
Me di la vuelta y comenzamos a besarnos de nuevo. -Mis hormonas se están revolucionando. –Dijo de repente.
Yo volví a reír. Juntamos nuestras cabezas abrazándonos, dándonos besos sonoros en la boca. De pronto sonó mi móvil.
-Mi móvil. –Dije saliendo de la ducha.
-Vas a mojar todo. –Dijo riendo.
-Luego lo limpiamos.
-¿Tienes una canción mía para cuando te llaman? –Dijo sorprendido.
-¿De qué te sorprendes? Eres mi ídolo. –Dije riendo.
-Espera. -Me dijo.
-¿Qué? Él me dio un beso largo en la mejilla. Yo sonreí.
-Es mi madre. –Volví a decir gritando desde la habitación.
-Mamá. –Contesté al teléfono.
-Hombre hija. –Dijo ella.
-¿Qué tal? –Pregunté.
-Bien por aquí, ¿y tú que tal? Llevas ya más de un mes fuera.
-Yo también bien. –Dije riendo.
-¿No tienes nada que contarme?
-Sí, bueno estoy saliendo con Justin.
-Ya lo sabía. –Carcajeó.
-Lo digo enserio. –Dije riendo.
-Ya, si has salido en las noticias. –Dijo.
-¿Yo? ¿Por qué? –Dije riendo.
-Porque eres novia del famoso más famoso del momento. –Dijo riendo.
-Madre mía, ¿y que dice la gente? ¿Qué dicen en el pueblo? –Dije riendo.
-Bueno, todo el mundo me pregunta y yo no les puedo decir ni que si ni que no, porque  yo tampoco lo sabía cierto. Tus amigas y amigos están súper contentos, me han dicho que te de muchos  recuerdos y que te echan de menos, haber cuando vuelves por aquí. –Dijo mi madre.
-Es complicado, hace unos días acabamos la gira en Alemania y ahora estamos de nuevo en Canadá.-Dije.
-¿Y no tiene vacaciones?
-¿Quién? –Pregunté.
-Tu novio. –Dijo riendo.
Me quedé un rato pensando, que bien suena lo de “tu novio”. Reí.
-Claro, estamos de vacaciones. –Volví a reír.
-Bueno, tengo que colgarte. Luego hablamos, que te tengo que colgar, tengo hora en la peluquería. –Dijo mi madre.
Entró Justin por la puerta en ese momento, me abrazó por detrás con las manos en mi cintura y su cabeza posada en mi hombro. Yo reí.
-Hasta luego mamá. –Dije.
-Adiós adiós hija, que sigas bien. –Dijo ella.
-Igualmente. –Dije.
-Colgó-
Justin me volvió a besar. –Eres cariñoso. –Dije riendo. Juntando mi nariz con la suya.
-Me gusta serlo, contigo más. –Dijo sonriendo. Le di un beso en la mejilla.
-Hay mira. Me traje una cosa. –Dije riendo y sacando una carta de la maleta.
-¿Qué? –Dijo mirándolo.
-No, bueno nada mejor. –Dije riendo.
-No, ahora me lo dices. –Dijo.
-No. –Dije riendo.
-Porfa porfa porfa porfa pofa. –Dijo poniendo carita de bebé.
-Ais, no me pongas esa carita. –Dije riendo.
-Va porfi. –Dijo poniendo la misma cara.
-No. –Salí corriendo. Entré en una habitación, me cogió por detrás y me tiró a la cama, él se me echó encima y me puso las manos arriba, en una mano llevaba una carta.
-Va. –Dijo con una mirada retadora.
-Jope, me da vergüenza. –Dije riendo.
-¿Pero qué es? –Me preguntó.
-Es… una carta, que… bueno que te escribí hace meses. –Dije.
-¿Cómo? –Dijo.
-Pues que escribí esta carta con la intención de que algún día te la pudiera dar, y la pudieras leer. –Dije.
-¿En serio? Me apetece mucho leerla. ¿Hace cuánto la escribiste? –Dijo emocionado.
-Hace muchísimo. Meses. –Dije.
-Uf, léemela por favor. –Dijo.
-Es una carta, de Belieber, osea de fan, osea de que tú eres mi ídolo, no sé si lo entiendes. Supongo que lo entenderás. –Dije nerviosa.
-Venga porfi. Claro que lo entiendo. –Dijo.
-Va, que te la leo, si no te gusta lo siento. –Dije riendo.
-Seguro que me encanta. –Dijo sonriendo. Nos sentamos los dos en la cama.
-Haber, empiezo. –Dije carraspeando mi garganta.
-“Hola Justin, te escribo esta carta hoy 09.03.11 con la intención de que algún día te la pueda dar y la puedas leer, hoy no estoy muy inspirada, en verdad no he pasado un buen día, estoy enferma y he tenido examen de inglés, en una pregunta ponía: “Pon una frase que contenga un adverbio de frecuencia” ¿Y sabes que he puesto? Nunca digas nunca, porque los sueños pueden hacerse realidad, y es verdad, porque si estás leyendo esto el mío se ha hecho realidad. –Comencé a llorar- Cambiando de tema, ahora te cuento mi historia, desde que me empezaste a llamar la atención hasta ahora. Todo hay que decirlo, antes me caías mal, pero ¿Sabes porque? Porque nunca me interesé especialmente en ti, te explico eso, solo veía tu cara, en verdad solo había escuchado baby, pienso en todo el tiempo que desperdicié menospreciándote y me doy asco a mí misma, como ahora me dan los que te insultan a ti, bueno sigo, decía que cantabas mal, pero en verdad cantabas y sigues cantando genial, porque en mi ordenador tenía una carpeta con el nombre “Justin Bieber” donde solamente había dos canciones, pero eran especiales porque eran tuyas “Where are you now” y “Baby” bueno, en esos momentos aun no me gustabas, te seguía odiando. Me acuerdo que la mañana anterior a que salieras en el programa español “el hormiguero” me tocaba correr 40 minutos seguidos en educación física, se me olvidó el Ipod y me puse a correr escuchando música con una amiga y recuerdo que le dije “No tendrás música de Justin Bieber” y dice “no” y le digo “pues menos mal”. Bueno pues por la noche había partido Madrid-Barça y también era cuando tú salías en “El hormiguero” pues estaba viendo el partido y digo: “va, voy a poner un momento el hormiguero” te vi, como hablabas, tus bromas, tus gestos, tu sonrisa, tu manera de andar, amo tu manera de andar, pues eso, te vi, pasaron 20 minutos, media hora y se me olvidó por completo el partido, simplemente estaba viéndote a ti, a nada ni nadie más, solo decir que me encantaste, desde ese día 29.11.10 una mínima parte de ti entró en mi corazón. Bueno seguimos, me puse a escuchar canciones tuyas, recuerdo que al día siguiente puse en mi muro dos canciones tuyas “Never Say Never” y “Somebody To Love” y todo el mundo me preguntaba que si estaba loca que yo, que antes me caías muy mal, como hacía poniéndome canciones tuyas, le dije que cantabas bien y que eras muy guapo. Después de eso, solo algo más, de ese día han pasado 7 meses, 7 meses queriéndote, cuidándote todo lo que puedo, porque aunque no esté junto a ti, siempre que te noto algo raro, que veo que estás mal, estoy contigo, no en cuerpo pero si en alma, estaré en las buenas y en las malas siempre, porque cuando te veo triste, llorar, yo me entristezco y lloro, cuando te veo feliz, riéndote, estoy feliz porque sé y siento que tu estas feliz, y eso es lo que quiero por encima de todo y ¿Sabes? Simplemente decir que aunque todo el mundo, el universo la vía láctea y toda la gente de este planeta esté en contra yo te seguiré apoyando, porque eres mi vida, porque eres el motivo de mi sonrisa. Porque cuando te conocí, supe que tú serias alguien muy importante para mí, que tú serías ese, que me diera motivos por los que luchar, o que me diera una pena por la que llorar, o que me diera fuerzas por las que seguir adelante. Me has enseñado como superar los más y los menos de esta vida, que cuando me caigo me tengo que levantar si o si, porque sé que tu esperas eso de mí. Solo te pido un favor, nunca te olvides de ninguna de nosotras porque cuando nos dices que nos quieres, siento que estoy soñando, yo creo que todas lo sentimos. Mis amigas me dicen que estoy obsesionada, pero yo sé que no, y solo lo sé yo, porque yo no soy de esas que si te ven gritan hasta dejarse la garganta, yo me quedaría callada, sonriendo y mirándote, dándome cuenta de que eres la mejor persona, porque yo por ti siento algo muy fuerte, no es sentimiento de amor, es sentimiento de apoyo siempre pase lo que pase, admiración… es algo que no todo el mundo puede llegar a entender, pero es lo más bonito que una persona puede sentir por su ídolo. Y bueno aunque leas esta carta unos meses o incluso años después, quiero que sepas que esto que te he escrito lo sigo sintiendo que en todo caso ha ido a más con los años, nunca a menos, tenlo seguro. Porque esto es algo muy bonito que no a todo el mundo puede llegar a sentir, pero es INCREIBLE, y por último y ya no me enrollo más: Gracias por ser la puerta a la felicidad. Gracias por dibujar con las notas de tus canciones una sonrisa en mi cara, gracias por cambiar mi vida para siempre, gracias por ser así, gracias por ser mi HÉROE”.
“Sofía Martínez. España. Te amo”.
-Oh dios mío. –Dijo secándose las lágrimas.
-¿Estás llorando? –Dije entre sollozos.
-Tú también. –Dijo él.
-Normal, te estoy leyendo la puta carta. Mi sueño se ha hecho realidad.
-Oh dios mío. –Volvió a decir sílaba por sílaba. Yo me quedé mirando al suelo.
-Esto es… esto es, estoy, esto es increíble. –Dijo tartamudeando.
-Simplemente es lo que siento. –Dije.
-Oh dios mío. –Volvió a decir otra vez.
-Para de decir eso. –Dije secándole las lágrimas. Y riendo.
-Estoy… anonadado. –Dijo mirando al suelo con una sonrisa que se marcaba en sus perfectos labios.
Lo abracé fuertemente. Después de estar un rato hablando fui a cambiarme y a quitarme todo lo mojado, me puse unos pantalones normales vaqueros y una camiseta morada. Bajamos a cenar.
-¿Qué hacemos para cenar? –Dije.
-Mmmm… ¿Pizza? –Dijo riendo.
Yo reí. –Siempre lo mismo. –Dije riendo. –Llevamos un mes y medio alimentándonos de pizza y hamburguesas. –Volví a reir.
-Al final me voy a poner gordo. –Dijo riendo.
-Ya lo estás. –Dije entre dientes.
-¿Cómo? –Dijo mordiéndome el labio.
-Nada. –Salí corriendo a coger una sartén, el vino detrás con la intención… bueno, no sé qué intención.
-Acércate y te tragas la pared de un sartenazo. –Dije poniéndola en posición de bate de beisbol.
-No eres capaz. –Dijo riendo. Me cogió por detrás abrazándome.
-¿Ves como no? –Dijo mordiéndome la mejilla.
-¿Quieres parar de morderme? –Dije con tono de ‘enfado’.
-Mmmmm... ¿Y  si no que? –Dijo.
-Yo también sé morder, sabes. –Dije riendo.
-¿Y qué me vas a morder? –Dijo con tono retador.
-Mejor no te lo digo. –Dije guiñándole un ojo. Él abrió mucho los ojos.
-No sé si parar de morderte o morderte más. –Dijo riendo. Yo reí a carcajadas.
-Pero no te lo creas eh. –Dije.
-Bueno… -Dijo entre dientes.
-¿Bueno que?
-Nada.
-Vale.
-Vale. –Dijo él.
-¿Qué hacemos para cenar? –Pregunté.
-¿Qué hacemos para cenar?
-¿Me estás imitando?
-¿Me estás imitando? –Dijo con los mismos gestos que yo.
-Al final te suelto el sartenazo pero de verdad. –Dije seria.
-Al final te suelto el sartenazo pero de verdad. –Repitió.
-Bueno…
-Bueno…
-Me estás cansando.
-Me estás cansando. –Repitió.
-Vale… pues Sofía es la mejor del mundo y Justin es el peor. –Dije.
-Vale… pues Sofía es la peor del mundo y Justin es el mejor.
-Yo no he dicho eso. –Dije riendo.
-Yo no he dicho eso.
-Que te den.
-No te enfades. –Dijo él.
-No te enfades. –Repetí.
-¿Ah, que me imitas? –Dijo.
-¿Ah, que me imitas? –Repetí.
-Justin va a darle cañita a Sofía. –Dijo riendo.
-No pienso decir eso. –Dije riendo.
-Pues yo no digo nada, pero Justin le dará cañita a Sofía. –Dijo el volviendo a reír.
Yo reí. –Tonto. –Dije.
-La pizza ya está. –Dije.
-Mmmmm… ¡Pizza! –Dijo.
-Ya no me imitas eh. –Dije riendo.
-Ahora toca comer. –Dijo riendo.
-¿Cuánto comes al día?
-Todo lo que me echen. –Dijo riendo. -Hasta la boca de Sofía. –Volvió a decir. Yo reí.
-Yo como bocas de Justin Bieber.
-Eso hay que probarlo. –Dijo.
-Lo mismo digo. Reímos.
-Sé que soy pesada pero, esto es un sueño.
-Para mí también es un sueño.
-¿El qué? –Pregunté.
-Estar contigo. –Dijo.
-¿Por qué? –Pregunté.
-Porque, te vi y supe que eras la chica especial para mí, además eres mi fan y sé que no me quieres por mi fama, eso dice mucho de una persona. Me quieres acompañar en las giras… bueno ya sabes, mi chica favorita. –Dijo. Yo sonreí.
-Una vez leí que solamente le pedirías a la chica especial para ti y a mí me has dicho que te acompañara y bueno… te acompañé. –Dije.
-Claro. –Yo puse cara de no entender.
-Eres la chica perfecta.
-Y tú el chico de mis sueños. -Los dos reímos.
-¿Sabes? Estoy enamorado de ti.
-¿Sabes? Yo llevo enamorada de ti más de un año. –Dije riendo. Nos besamos.
-¿Mañana viene tu mamá? –Pregunté.
-Sí.
-Tengo ganas de volver a hablar con ella.
-Y yo. –Dijo él.
-Es como un ejemplo a seguir para mí. –Dije.
-¿Por qué?
-Por todo lo que ha luchado, por ti y por todo. Justin solo sonrió.
-¿Nos vamos a dormir? –Dije.
-Sí. –Dijo él.
Subimos a la habitación y después de unos besos y unas caricias. Como siempre. Nos quedamos dormidos.

Afdqwsiodisfjqeifjas, espero que no os hayáis cansado de tanto leer. Es qué como es el capítulo 10, he pensado en hacerlo más largo jajaja. Y eso, nada, espero que os guste y eso. Y por cierto, gracias a las que me dijeron que qué me pasaba y me dieron ánimos y eso. En verdad, son rayadas y tonerías. Pero gracias por preocuparos. Espero que os guste, comentarme en Twitter. Ya sabéis que quiero ver muchos comentarios jerjerjer, gracias por ser unas lectoras perfectas. OS QUIERO.